¿Qué pasara con el dólar en el largo plazo?

Mucho se esta hablando sobre la suerte que correrá la divisa estadounidense en el largo plazo, como divisa suprema para las operaciones en moneda extranjera y como reservas de divisas de los Gobiernos nacionales, las empresas multinacionales y los productores de petróleo, gas y otras materias primas.

El debate comenzó en la cumbre del G-20 que se celebró en Londres el pasado abril, donde llamó la atención de los periodistas que el Fondo Monetario Internacional recibiera una asignación de 250.000 millones de dólares en derechos especiales de giros.

Hay quienes comenzaron a comentar que es mejor para el mundo que sus transacciones monetarias se basen en un abanico internacional de divisas que en una sola que, si cae por culpa de la mala gestión de su Gobierno, podría llevar a la ruina a muchos actores inocentes, especialmente los Estados más pobres que dependen del dólar estadounidense.

Algunos expertos afirman que el dólar estadounidense ha vivido dos vidas, la primera como divisa de un poderoso país acreedor, desde los años veinte hasta los sesenta, y la segunda como divisa de un imperio de la deuda, la cual va desde los setenta hasta hoy, aún tiene que llegar mucho más endeudamiento internacional tan sólo con la desgraciada liquidación de los bonos del Tesoro cada semana.

En los últimos tiempos se ha notado cierto nerviosismo de los mercados mundiales, con lo cual es tan posible es que veamos una mejora en el valor de cambio del dólar como que veamos una caída repentina.

En general muchos expertos comentan que nos encontramos viviendo hoy en un mundo en el que un sólo país, que no tiene más que el 5% de la población mundial, posee aproximadamente el 20% de su PIB, gasta casi el 50% de sus inversiones totales en defensa e imprime billetes que representan entre el 65 y el 70% de las reservas mundiales de divisa extranjera.

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