Como en cualquier mercado, los precios relativos de las monedas fluctúan de acuerdo a las leyes de oferta y demanda. Pero además, hay que tener en cuenta que los mercados también se ven afectados por múltiples variables macroeconómicas y por las polÃticas monetarias de los distintos paÃses.
Una de las principales variables son las tasas de interés, ya que son las encargadas de definir que moneda reditúa más valor que su relativa. Otras variables son la balanza comercial, la situación fiscal, productividad, nivel de empleo, entre otras.
Para analizar los mercados financieros exciten dos formas muy importantes y que ya hemos analizado en otra oportunidad, ellas son:
• El análisis fundamental: Basado en movimiento originados por noticias o acontecimiento y eventos y resultados económicos.
• El Análisis técnico: Usa precios históricos para predecir movimientos futuros, con la ayuda mayoritariamente del uso y estudio de elementos gráficos.
Es importante tener en cuenta ambas estrategias, ya que el análisis fundamental puede explicar los movimientos del análisis técnico tales como las rupturas o el cambio de rumbo de las tendencias. El análisis técnico puede explicar el análisis fundamental, especialmente en mercados tranquilos, que causa resistencia en tendencias o movimientos inexplicables.
Estos factores fundamentales y técnicos son esenciales para determinar la dinámica cambiaria. Sin embargo existen dos factores adicionales que son primordiales para entender los movimientos a corto plazo en el mercado, estos son las expectativas y el sentimiento.
Las expectativas se forman antes de la publicación de estadÃsticas económicas y datos financieros. Prestar atención solamente a las cifras publicadas no es suficiente para captar el curso futuro de una moneda. Sin embargo, las expectativas pueden ser sustituidas por el sentimiento de mercado.
A partir de la interpretación de los datos económicos del entorno, asà como de los de la propia divisa, y la combinación de conclusiones racionales e intuitivas, los inversores se crean sus propias expectativas.
La cuestión es ganar al mercado, anticipándose al mismo. Para ello hay que leer las señales del entorno, del propio mercado financiero y antes que las lean los demás, y hay que acertar en la dirección de los cambios futuros.