La primera semana de septiembre comienza con los mercados en vilo antes de la reunión de polÃtica monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ya que se espera que el presidente de la institución vea alguna luz más sobre el programa de compra de bonos soberanos anunciados el mes pasado. Por esa cuestion se solicita una ayuda a los fondos de rescate europeo.
La prima de riesgo que se exige en el mercado secundario a los bonos españoles a 10 años respecto a los alemanes, sigue bajo presión. En la apertura ha escalado hasta 558 puntos básicos terminando el dÃa en 547. El tipo del bono a 10 años ha llegado a tocar el 6,914% en la apertura, aunque luego ha cedido hasta el 6,8653%.
La prima de riesgo italiana escalaba hasta 452 puntos en la apertura y luego se bajo a 439.
La Bolsa habia comenzado el dÃa en retroceso y el Ibex marcaba un primer cambio a 0,42% por debajo de su cierre. A lo largo de la mañana se ha mantenido, con un leve repunte a la zona de ganancias, por debajo de su cierre anterior y por la tarde ampliaba la pérdida hasta hasta casi el 1%y se ha conseguido cerrar con un avance del 0,18%, en 7.434,2 puntos.
Las plazas mundiales avanzan en una jornada festiva en Estados Unidos, a pesar de que se ha conocido un nuevo dato que confirma que la actividad industrial en la eurozona se contrajo más de lo inicialmente estimado en agosto, según el indicador PMI de gestores de compras que elabora la firma Markit Economics, y que se situó en 45,1, con lo que suma 13 meses de caÃda de la actividad. Tambien se habÃa conocido el dato de China que indica que en agosto se registró su mayor contracción desde marzo de 2009.
Todo ello alimenta las expectativas de que los bancos centrales de las principales áreas económicas del mundo tendrán que relanzar el crecimiento con más estÃmulos monetarios, algo que estan las Bolsas con alzas.
Tambien es importante destacar que Londres ha cerrado con un avance del 0,82%, ParÃs ha subido un 1,19%, Fráncfort un 0,63% y Milán un 1,1%.
La atención de los inversores se mantiene en la agenda diplomática de los lÃderes europeos ya que el presidente del Banco Central Europeo (BCE)comparo ante los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo en el marco de la preparación de propuestas para una unión bancaria y fiscal. También expondrán las ideas los comisarios de Asuntos Económicos de Servicios Financieros y de Competencia.
Con los mercados ya cerrados, España se ha defendido por la compra de bonos a corto plazo que no equivalen para financiar Estados, en contra de lo que sostienen las tesis alemanas.
Pero el dÃa más intenso será el próximo jueves debido a que mientras en Fráncfort el BCE celebre su reunión mensual de polÃtica monetaria, tras la que se espera que el presidente español de a conocer las lÃneas del plan de actuación que anunció el pasado mes para aliviar la presión sobre las primas de riesgo demasiado elevadas que entorpecen la transmisión de las decisiones monetarias de la institución.
La deuda soberana española volverá a someterse al juicio de los mercados, ya que para ese dÃa el Tesoro ha anunciado la subasta de tÃtulos con vencimientos en 2014, 2015 y 2016. Alemania, Francia y Bélgica también han programado subastas de deuda para ese dÃa, pero la principal atención será para la española.
La propuesta del presidente de españa implica que los paÃses beneficiarios deberÃan pedir antes ayuda a los fondos europeos, algo que los atenriores Gobiernos querian evitar a toda costa, puesto que esto supondrÃa una estricta y efectiva  condicionalidad.
La medida ha hecho emerger la pública oposición del Bundesbank y del Gobierno alemán a un plan que se entiende que supera el mandato del BCE y equivale a la financiación de Estados, algo que expresamente prohÃben los tratados de la Unión Europea. El último en reiterar esa posición ha sido el ministro de Finanzas alemano que destaco que se debe tener mucho cuidado en no levantar falsas expectativas ya que tiene que quedar muy claro que la deuda pública no puede ser financiada con polÃtica monetaria. Por lo tanto, no se puede tener una decisión que no esté cubierta por el mandato del BCE.